“San Josemaría difundía en torno a sí un clima de libertad espiritual, impregnado por el deseo de corresponder con todas sus fuerzas al amor de Dios. Se fiaba plenamente de la libre responsabilidad de los cristianos, de quien se sabe hijo de Dios, al punto de preferir sinceramente que alguien se equivocara antes que ejercer sobre él un control dominante…… Y naturalmente, amaba mucho la libertad, también en la vida espiritual. Le gustabadecir que Dios no se arrepiente nunca, ni de lo creado ni de las almas que han de lograr su santificación. Se fiaba de la espontaneidad apostólica que nacía de la vida interior, aunque no cesaba de alentarla.”